viernes, 5 de marzo de 2010

Amor vs. amistad

¿Qué hacer cuando el amor se interpone entre la amistad? No puedo darle la espalda a mi novio, pero tampoco puedo darle la espalda a mis amigos. Me gustaría no tener espalda. Pero no me gustaría tener dos caras tampoco. Mmm... hay que saber equilibrar ambos amores. Por un lado, el novio debe entender que hay momentos que son de amigos y de nadie más, y que esos momentos están hechos para la diversión total y descontrol de carcajadas. Por otro lado, los amigos deben entender que hay momentos en que una pareja debe pasar tiempo juntos, y que esos momentos son puramente románticos, divertidos y sólo pueden ocurrir entre dos personas, no entre 5, 8 o 10. Todo esto se resume en una sola palabra: celos.

A veces los amigos se equivocan y no nos comprenden. Eso es lo que me pasa a mí.
Dicen que paso todo el día con mi novio, cuando en realidad lo veo unas 3 veces a la semana. Tenía un buen grupo de amigas y amigos. Nos juntábamos siempre a comer, ver películas o salíamos a bailar. Mi novio formaba parte de ese grupo, eramos muy buenos amigos, y de cierta forma u otra, todos nuestros amigos se conocieron gracias a nosotros. Pasó que el amor pudo más que la amistad y henos aquí. Después de que nos pusiéramos de novios, todo cambió. Ya no nos juntábamos como antes con nuestros amigos, todos tenían excusas, o porque estaban castigados, o porque no había ganas... la cosa es que comenzamos a salir solos sin ellos, y eso los enfadó. Mis amigas me decían que había cambiado mucho, que me había alejado de ellas. La verdad era que había muchas cosas que ellas hacían que me molestaban profundamente. Por ejemplo, sólo me buscaban cuando les hacía falta algo, pero cuando se juntaban o cuando yo necesitaba algo, se borraban. Y siempre eran ellas las víctimas, obvio, yo era la mala de la película, la abandonadera de amigas. No me gustaba que se descontrolaran cuando salíamos a bailar, o pensaran en hacer "previas" antes de salir. Nunca me gustó tomar y creo que nunca me gustará. No le veo sentido. Eso no era grave, lo grave era que cuando tomaban y se ponían fuera de control eran otras personas, no eran mis amigas, se transformaban en un torbellino que no paraba de girar. Y yo no quería formar parte de ello, por el simple hecho de que me respetaba, respetaba mi cuerpo y respetaba mi vida como para meterme en ese torbellino de descontrol. No me hacía falta tomar, fumar o hacerme la loca para pasarla bien. No me hacía falta salir a bailar y chaparme a cualquier desconocido por ahí. Jamás lo hice, y menos lo iba a hacer ahora que tenía novio. En ese momento no me importaba si no estaba en su onda, por así decirlo... pero parece que a ellas si les importaba, porque no encaja en su onda y comenzaron a dejarme de lado en sus "travesuras". Decían que era una malhumorada, una nona que se acostaba temprano, que me preocupaba demasiado por todo. No veían ni ven el mundo como yo lo veo. Ese fue mi problema, el tener una visión diferente a la de ellas, el ser más madura que ellas... y ellas no supieron aceptarme tal cual, no aceptaron que había cambiado, que había crecido y madurado y que veía las cosas desde otro punto de vista, desde otra prespectiva. Me borré de sus vidas luego del viaje de egresados a Bariloche... y de cierta forma ellas también. No llamaron más, no más mensajes, no más visitas, no más amigas, sólo mensajes por facebook coronándome como la aislada número uno. La verdad es que tengo otras preocupaciones en mi vida. Ya no voy a estar detrás de ellas como una sombra que no pincha ni corta, ya no. Quiero juntarme con ellas pero para hablar bien, para aclarar todo. ¿Cómo es eso que pasé mi cumpleaños número 18 con mis compañeros de facultad a los cuales conozco desde hace cuatro semanas y no con mis amigas de toda la vida? Algunas ni me llamaron ni me mandaron un mensaje para saludarme. Estaban todas ocupadas, que bien. Ojalá sus planes marchen como siempre quisieron. Nunca les deseé mal, siempre quise lo mejor para ellas... ¿y ellas? ¿qué me dieron a cambio? ¿acaso les importa un poco lo que yo siento? Sólo les importa echarme en cara todo lo que no hice, pero de lo bueno, ni una palabra. Yo fui como una madre para ellas. Las cuidaba cuando salíamos a bailar, cuidaba de que no tomaran de más, de que nadie les hiciera nada. En el colegio las escuchaba, las aconsejaba, les prestaba mis cosas cuando se olvidaban las suyas. De todas, yo era la más responsable, y así fue como me comporté siempre. Yo nunca quise que nuestra amistad acabara... pero, ¿qué caso tiene seguir peleando por algo que ya no tiene remedio? Les perdoné tantas cosas, y ellas de seguro a mí también, que no sé si exista algo para aliviar las heridas. ¡Me cuesta tanto perdonarlas! Y lo que más me molesta de todo esto, es que ellas se hacen las víctimas, y yo termino siendo siempre la bruja mala. ¿Tan mala soy y por eso mi mejor amiga nunca me abandonó más allá de todas peleas? ¿Tan mala soy y por eso mis amigos varones me siguen queriendo como siempre? ¿Tan mala soy que con mi novio ya cumplí 6 meses? ¿Tan mala soy y por eso me llevé un buen grupo de amistades del cursillo? No, creo que no soy tan mala. Sólo que... hay gente que aún no lo sabe... o no lo admite, o prefiere refugiarse bajo el papel de víctima y dejarme el peor a mí. Yo sé como soy.

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