jueves, 21 de marzo de 2013

Cómo tratar a un ex

Cuando un ex que te dejó te manda un mensaje, en el 90% de los casos es para comprobar que todavía te tiene, pese a haberte dejado. Y es lógico. Porque, dentro de su conchudez  nunca imaginó, en el momento en que te dejó, que te perdía. ¿Cómo iba a perder a esa pobre piba que estaba destrozada? ¿Que habría hecho cualquier cosa por seguir con el? (Y que, de hecho, tal vez lo hizo, en los primero días posteriores a la ruptura).

Cuando pasado un tiempo X deja de tener noticias de esa ex a la que dejó, empieza a preguntarse: “¿Qué pasa con ella?”, “¿Se olvidó de mí?”, “¿Tendrá otro?”. Y para satisfacer esta curiosidad no tiene más que mandar un SMS o un mail diciendo… cualquier pelotudez. Es entonces cuando, por medio de nuestra respuesta, se queda tranquilo: sabe que nos tiene ahí. Como siempre.

Ejemplo:
Mensaje de él: “Sólo quiero que sepas que te extraño”.
Respuesta de la CB (Clásica Boluda): “Yo también te extraño. ¿Por qué no nos encontramos y hablamos? Te amo”.

Listo. A la mierda: ya tiene lo que quería.
Después de eso, puede venir otro mensaje de él que dice: “No te confundas: sólo te decía que te extrañaba”. (Si es que se digna a mandarlo, porque tal vez ni eso).

Hay ciertos mensajes que podríamos llamar “informativos”: aquellos en donde no te pregunta nada. Y, obviamente, tampoco te propone nada. Estos mensajes suelen ser interpretados erróneamente como una propuesta o un acercamiento para volver. Ejemplo: “Te extraño y siempre voy a llevar conmigo los momentos que pasamos”. "¡Vamoh! ¡Quiere volver!", pensaría la CB. Pero… ¿dónde dice que quiere volver? Son muy asututos, naturalmente, y saben que con ese mensaje van a obtener la respuesta tranquilizadora que les haga sentir que nos dejaron, pero que no nos perdieron.

Por eso, este tipo de mensajes “informativos” deben ser recibidos de la misma manera que los mensajes informativos de la compañía de celulares, que nos dicen: “Con la compra de una tarjeta de 20 pesos, te llevás 40 sms de regalo”. ¿Acaso respondés esos mensajes? No. Simplemente, te das por informada. Punto. Y, en caso de que el tipo en cuestión te pregunte por que no le respondés los mensajes, podés tranquilamente contestarle: “Porque no me preguntaste nada”.




Cuando los mensajes contienen una pregunta, hay que responderlos: no responder a una pregunta concreta denota resentimiento. Y resentimiento no es otra cosa que “re-sentimiento”. Pero recordemos que nuestra filosofía apunta a que él sienta que nos está perdiendo para que, así, nos valore: lo último que tenemos que demostrarle es bronca. Porque, si tenemos bronca, es porque todavía seguimos enganchadas con él. 
En consecuencia, se debe responder los mensajes que contienen una pregunta, pero de la manera más breve posible.

Ejemplo:
Mensaje de él: “Hola. ¿Cómo estás?".
Respuesta tuya: “Bien”.


Pero ojo: no es “Bien. ¿Y vos?”. Ni “Bien, gracias…”. Mucho menos: “Mal… extrañándote y bla bla bla…”. La respuesta es, simplemente, “Bien”. Eso hará que él piense: "Caramba… ¡la habilito para que me contacte, para que me diga algo, y sólo responde 'bien'?". Ahí va a darse cuenta de que no te tiene tan en su poder como creía. Una excepción a esta norma podría ser el clásico “Feliz cumpleaños”, en el que la ausencia de respuesta de nuestra parte también podría denotar bronca. En estos casos, lo ideal es responder: “Gracias”. Y por qué no: “Grcias” (como para que vea que tecleamos rápido y que ni nos detuvimos a revisar o corregir el mensaje).

A veces, estos “testeos” que nos envían para “chequear” qué pasa con nosotras pueden ir un poco más lejos y proponer un encuentro "para hablar". Ejemplo: “Me gustaría que nos encontremos para hablar”. Ahí la CB salta de alegría, pensando que el pibe quiere volver. Repito lo de antes: ¿Dónde dice que quiere volver? En muchísimos casos, el sujeto se conforma, solamente, con saber que saldrías corriendo a verlo y suele responder a tu aceptación inmediata con un “Mejor no… no quiero confundir las cosas”. O ni siquiera eso: dilata el encuentro, que luego nunca se produce.

En otros casos, el encuentro se produce, pero la charla no lleva a nada nuevo. Simplemente, te repiten lo que te habían dicho cuando te dejaron: que siguen confundidos; que te quieren mucho, pero que no pueden seguir. Suelen agregar que les gustaría no terminar mal, que se siguieran hablando y hasta que fuesen “amigos”. O sea: una mierda. Es bueno agregar que, en estos encuentros, solemos terminar a los besos (o en un telo), pero sin llegar a ningún tipo de reconciliación. ¿Y qué es lo que ha vuelto a pasar? Lo que ha vuelto a pasar es que volvieron a comprobar que aún estamos disponibles (con besos o sexo o sin ellos, porque nuestra sola presencia y la caripela que seguramente nos vio, en ese encuentro, nos mandaron presas, con pitos y matracas).

Por eso, en los casos donde nos envían un mensaje proponiendo hablar lo ideal es responder: “Decime, concretamente, qué me querés decir y si da, nos juntamos”. La respuesta que puede venir de su parte, en estos casos, puede ser: “Nada… quería hablar de la vida… de cómo van tus cosas…”. Ahí podés responderle: “Te dije que si daba nos juntábamos y la verdad que no da. Mi vida, bien. Un beso”. Otra opción hubiera sido responderle: “Enviame un mail y decime todo lo que me quieras decir. Si veo que da para juntarnos, lo hacemos. Sludos”.

Otro mensaje muy común de parte de él es: “¿Por qué me borraste el MSN?”. (Cosa que, indudablemente, hay que hacer con un ex que te dejó: el hecho de que nos vea online, cuando tenemos la opción de bloquearlo, sería lo mismo que pararnos como forras en al puerta de su casa. Y no sirve sólo bloquearlo porque, además de la tentación permanente de readmitirlo, vamos a estar pendientes de sus nicks, sus fotos... Definitivamente, no ayuda). Ante esa pregunta lo ideal es responder: “Te borré de MSN porque mis contactos son sólo amigos, familiares y eventualmente algún novio: vos no entrás en ninguna de esas categorías. Un beso”. Pero ojo: solo hay que responder eso si lo pregunta. Porque un mensaje de parte de él que diga “No puedo creer que me hayas borrado del MSN” no deja de ser otra cosa que, como dije antes, un mensaje “informativo” que no hay que responder.

Es fundamental no dejarnos llevar por nuestras pasiones, al momento de responder un SMS o mail de un ex. Eso podría hacer que vaya a parar a la mierda todo el esfuerzo que pusimos anteriormente para hacer las cosas bien, no humillarnos y hacerle sentir que seguimos adelante sin él y que nos está perdiendo. Recuerden que nadie puede tener deseos de recuperar lo que no siente que ha perdido.


Fabio Fusaro

Con ustedes: El ex




miércoles, 20 de marzo de 2013

Triste o buena

Amar sin nadie, vaya cosa triste. Sin nada que abrazar ni Eva que nos abrace. Buscar en la memoria de la piel, la boca, la cintura, la lujuria ganada, las suaves nalgas tibias y sólo hallar respuestas de fantasmas. Los desaparecidos no aparecen, las voces de los árboles se apagan. Quedan escombros de caricias y con pudor nos preguntamos: ¿Por qué decimos tantas veces corazón? ¿Será el único amigo que nos queda? ¿O será el refugio de los que queremos? Amar con alguien, vaya cosa buena.

Mario Benedetti


Mi jardín ya no te espera 
porque ya corte la flor 
y todo lo que me queda 
es cantarte con el alma 
si te regale la voz. 
Seguro de nada sirve mi amor.

viernes, 15 de marzo de 2013

Mil días

Fueron tres años y mil días hasta acá. Era tarde todavía, otra noche no te vi y tu foto me gritaba, pero no te oí. No voy a perder, ya me di cuenta que estoy muy lejos. Si no lo borré fue para no volver.

Cierto es que entonces perseguía la ilusión, compartir toda la vida en la misma dirección, encontrarle una salida a tanta confusión. No voy a perder, ya me di cuenta que estoy muy lejos. Si no lo borré fue para no volver.

Vas a ver, sin marcha atrás voy a correr y nunca más repetiré pasos tristes, ya no más.
No voy a perder, ya me di cuenta que estoy muy lejos. Si no lo borré fue para no volver.

Vas a ver, sin marcha atrás voy a correr y nunca más repetiré. Vas a ver, sin marcha atrás voy a correr y nunca más repetiré pasos tristes, ya no más. Ya no más, nunca más, ya no más…

- NTVG -


Si no lo borré, fue para no volver.
Como un error que nos marca, como un desliz que nos atormenta, como una herida que jamás cierra. No lo borramos para no volver a caer en lo mismo. De los errores aprendemos y con ellos vivimos el resto de nuestros días. La vida está adelante... los días pueden pasar, los años, y hay cosas que no se borran nunca... pero la vida sigue. 

jueves, 14 de marzo de 2013

Amores que matan nunca mueren

¿Algunas vez amaron tanto a alguien que sintieron que sin esa persona se morían? Yo sí. Amé tanto a una persona que el día en que todo terminó, sentí que mi mundo se venía abajo. Sentí que ya nada en esta vida tenía sentido. Porque lo amaba, y nada de lo que me dijeran o nada de la que pasara tenía importancia para mí. Era él o era él. No había otra opción.

Hasta llegué a pensar en matarme. Llegué a creer que la única solución a todo era la muerte. Creía que muerta iba a poder acompañarlo, estar con él, cuidarlo desde lejos... ya que no podía estar cerca. Lloraba todo el tiempo, comía muy poco, me pasaba el día durmiendo... estaba sumamente deprimida. Sólo quería que el tiempo pasara rápido, quería acabar con todo, quería morir. Realmente tenía ganas de morir, de irme de este mundo para siempre. Más que el corazón, me dolía el almaLlegó un día en que me dije a mi misma: La muerte es para cobardes, y vos no lo sos, sos inteligente, mirá para adelante. 

Y así lo hice.

No pasa un solo día de mi vida en que no me acuerde de él. Ya no me duele pensar en todo lo que pasamos, más bien lo recuerdo como el gran amor de mi vida, y espero que sea feliz.

Es de esos amores que te hieren tanto que llegan a matarte... te matan a vos como persona, te matan en el alma, no físicamente.  Te matan a vos pero a pesar de todo, ese amor que nosotros le tenemos, no muere. No sé por qué, nadie jamás lo podrá saber. Amores que matan, realmente nunca jamás mueren. Es tan poderoso, tan intenso, tan pasional el amor que sentimos por la otra persona, que por más que nos maten, ese amor va a seguir viviendo a través de los años. Puede pasar lo que sea, hasta puede que no te vuelvas a cruzar nunca más con él/ella... pero esa persona fue tan importante en tu vida o dejó una huella tan grande, que por más que pase el tiempo, va a seguir viviendo en tu corazón. Aunque hayamos sentido que nos mataba cuando nos dejó... ese momento en que sentimos que el corazón se detenía, que las cosas iban muy lentas y que todo alrededor iba a prisa... no podés no amarlo/a.

Si a alguien le pasó esto, significa que esa otra persona va a prevalecer en nuestra mente y nuestro corazón por el resto de nuestras vidas. Creo que el amor se guarda en algún lugar secreto del corazón, y solo nosotros sabemos como sentimos, solo nosotros sabemos cuanto nos duele, como los recordamos... 

Yo creo que cuando se ama a alguien de verdad, jamás se olvida. Pase lo que pase.

Si tenés suerte y todavía conservás a tu lado a esa persona, cuidala. Y si ya se fue, no te preocupes, otra vendrá... quizás no la ames tanto como amaste a ese gran amor, pero no te cierres, ábrete al mundo. Amores que matan nunca mueren, pero nosotros no tenemos porque acobardarnos... Confío en las segundas oportunidades, confío en el destino, y en que todo pasa por algo. La vida nos va a traer otras chances, no las desperdiciemos por pensar en alguien que es parte del pasado. 


Agus: Te extraño todos los días de mi vida, pero lo mismo soy feliz. Yo no puedo cuidarte más, pero sé que Dios lo hace, sé que él te cuida, yo se lo pido todos los días de mi vida. Acá en mi corazón vas a vivir por siempre... Te amé y siempre voy a amarte mucho. Pero como te dije un día, sólo quiero verte feliz. La vida sigue, y nosotros no podemos quedarnos en el pasado.

lunes, 4 de marzo de 2013

Y que sea lo que sea

Creo que llega un momento en nuestras vidas en que estamos tan hartos de ir y venir, de probar cosas nuevas, de esperar tanto de personas que no valen la pena, de creer que todo va a estar bien... que nos cansamos, y a partir de ese momento confiamos nuestra suerte al destino, y lo que tenga que ser que sea. 

Todo lo que empezamos a hacer lo hacemos sin pensar, como un impulso nacido del corazón, sin razones, sin lógica, sin un respaldo coherente. Lo hacemos porque nos nace y punto. Como el amor. Y me gusta, me encanta haber llegado a este punto, porque en cierta manera llegar a este punto es sentirse enamorado de la vida. Enamorado de uno mismo, enamorado de lo que realmente somos en esencia... 

Y nos empezamos a querer un poquito más, y aprendemos a valorarnos y estar orgullosos de esto que somos. Y dan ganas de abrazar a todo el mundo, de abrazar a la vida, de hacer muchas cosas, pero sin una razón específica, solo hacerlas. Sentimos que queremos hacer tantas cosas que llegamos a preguntarnos si realmente vamos a poder hacer todo, si vamos a tener tiempo. Y si, vamos a tener tiempo, vamos a poder hacer las cosas que queremos y más, mucho más. Querer es poder

Un año atrás agonizaba. Pensaba que me moría en cualquier momento, deshidratada de tanto llorar y sufrir por amor... No me arrepiento de nada de lo que hice. Creo que aprendí mucho de mis errores, y no voy a volver a cometerlos. Tampoco me lamento ese tiempo perdido en el que estuve mal por alguien. No, no me arrepiento ni me lamento, es parte de mi vida, es parte de mi historia... Además, cada persona siente de manera diferente, y mi "duelo de amor" duró mucho porque sentí que tenía que ser así, nadie podía ayudarme, sólo yo podía salir adelante. Tardé, pero acá estoy, más fuerte que nunca, dispuesta a mucho; y recién hoy, lunes 4 de marzo del 2013 puedo decir que no tengo miedo a nada.

" (...) Después de todo he comprobado que no se goza bien de lo gozado sino después de haberlo padecido. Porque después de todo he comprendido que lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado."

Estar mal, no es malo. Estar mal quiere decir que nos pasó algo que nos afectó, que nos dolió, que nos lastimó. Estar mal no significa ser débil. Estar mal es saber que sentimos, que somos humanos, que podemos caer en cualquier momento... que somos frágiles, que no somos mejor que nadie y que a veces por más que intentemos las cosas no salen siempre como queremos. Y no importa cuantas veces nos caigamos, importa que después de todas esas veces nos volvamos a levantar, y que cuando lo hagamos nos sintamos más fuertes. Cuando eso pase, cuando estemos de pie nuevamente, vamos a ver las cosas desde otro punto de vista. La mente se va a aclarar, y vamos a volver a sonreír. Y vamos a llegar a un punto, este punto en el que estoy ahora, en el que vamos a empezar a caminar, sin saber a donde ni por qué, vamos a caminar. Y que sea lo que sea, sé que todo lo viene es mejor que lo que pasó.

Juguemos a enamorarnos de la vida, que realmente vale la pena.


Ya estoy en la mitad de esta carretera, tantas encrucijadas quedan detrás... Ya está en el aire girando mi moneda, y que sea lo que sea.

Todos los altibajos de la marea, todos los sarampiones que ya pasé... Yo llevo tu sonrisa como bandera, y que sea lo que sea.

Lo que tenga que ser, que sea, y lo que no por algo será. No creo en la eternidad de las peleas ni en las recetas de la felicidad.

Cuando pasen recibo mis primaveras, y la suerte este echada a descansar, yo miraré tu foto en mi billetera y que sea lo que sea.

Y el que quiera creer que crea, y el que no, su razón tendrá. Yo suelto mi canción en la ventolera y que la escuche quien la quiera escuchar.

Ya está en el aire girando mi moneda. 

Y que sea lo que sea.

- Jorge Drexler -