lunes, 10 de septiembre de 2012

Love letter (I)

Mi despedida del amor fue dolorosa. No pensé que fuera a ser tan dura. Escribí y me desahogué tiempo atrás. ¡Qué lindo que es soltar todo! Quiero subirlo acá porque tal vez alguien que esté pasando por lo mismo lo lea y se sienta identificado... No hay dolor que duela más que el dolor del alma.

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14/03/2012
Parte I: Chau.

Voy a escribir para desahogarme, para sacarme todo esto que siento… de una vez por todas, para por lo menos intentar no pensar más en él. Sé que es imposible que pase eso, pero no me queda otra. No hay otra salida. No queda escapatoria. Estoy dentro de un túnel por el que caigo y caigo, sin encontrar nada a lo que aferrarme, sin saber como detenerme, sin llegar jamás al fondo. Es una caída que no tiene fin. Y mi corazón está a punto de explotar, está a punto de morir. Tanto que luché por él, tanto que dije que lo iba a esperar toda la vida asi sea que no venga nunca, tanto que le rogué y lloré… A veces el amor dura para siempre, y otras, duele mucho. No podía seguir lastimando a mi corazón de esta forma, no podía hacer eso con él, que tan valiente me soportó todo este tiempo y no me abandonó jamás. Siempre fiel a él. Es por eso que lo agarré y lo cobijé entre mis manos, y me pidió que parara con todo esto porque mis lágrimas lo estaban agotando, y mi alma se estaba quebrando. Me di cuenta que mi corazón estaba hecho una piltrafa, que ya casi no tenía vida, que inclusive ni respirar podía. Mis lágrimas lo estaban ahogando. Ahora está en reposo, tranquilo… esperando el final, sin saber lo que le espera, esperando terminar con la agonía de una vez por todas. Sólo yo puedo salvarlo. Sólo yo puedo salvarme. Me duele todo el cuerpo, no sólo el corazón, pero él es lo que más me importa, porque él me conduce por la vida. Sin mi corazón no soy nadie. Me duelen las manos, de tanto escribir para desahogarme (es por eso que ahora elegí la compu). Me duelen los ojos de tanto llorar, la cabeza por lo mismo. Me duele la espalda, de las horas que paso sentada sin hacer nada simplemente porque no tengo ganas, no tengo fuerzas. Me duelen las piernas de tanto tiempo estar acostada durmiendo, así el tiempo se me pasa más rápido. Me duele el alma porque ya no bailo, ni sonrío feliz. Me duele mirarme el espejo y verme así, porque ya no sé ni quien soy, ya no sé qué hacer, adónde ir, a quién acudir. Ya no entiendo nada de lo que está pasando. Y tampoco tengo ganas de entender. Estoy muy cansada. Siento el peso de un elefante sobre mis hombros. Y como el corazón ya no tiene peso, ni voz ni voto, la que actúa ahora es la cabeza. Y me está volviendo loca. Hay días en los que mi cabeza me hace levantar de buen humor. Me hace pensar que todo va a estar bien, que voy a tener de vuelta conmigo a mi Agus, y que no tengo que tener miedo de nada. Me da una esperanza más grande que una casa, y eso me basta para sonreír un poco y no llorar. Pero hay otros días, en que me perfora el alma. Y esos días lloro, lloro y lloro como nunca, hasta que los ojos me empiezan a arder y la cabeza me estalla del dolor. Pienso una y otra vez como despedirme, como decirle chau, como sacarlo de mi vida de una vez por todas. Y se me ocurren muchas maneras de decirle las cosas, pero cuando lo tengo al frente… no puedo, simplemente no puedo despedirme. Mi cabeza y mi corazón, por más lastimado que esté, no entienden como hacer para vivir sin ese hombre que me mira con frialdad. No entienden como puedo hacer para dejarlo ir. Hay algo que me detiene, que me frena y me vuelve loca. Cuando lo tengo al frente quiero abrazarlo, besarlo, decirle que lo amo con locura, decirle que es el amor de mi vida y no se puede ir, no puede dejarme sola, no puede abandonarme así. Y no puedo hacer nada de eso porque tengo miedo. Tengo miedo de su reacción, tengo miedo a que se enoje… pero más miedo tengo que me diga que no me ama más. Ahora no lo entiendo porque no sé como hacer para entenderlo, algún día lo entenderé… lo nuestro se terminó, para siempre. Tendría que haberlo entendido hace mucho, pero no puedo, porque el sentimiento de amarlo y de querer estar con él es más fuerte que cualquier otra cosa. No entiendo como lo perdí, no entiendo que hice mal, en qué me equivoqué. No entiendo qué quiere, que busca. ¿Qué le hice Dios para que me hiciera esto? ¿Qué hice tan mal como para que me deje de amar? Porque por más que me diga que me quiere, yo sé que no es así. No hace nada para demostrar su amor, y cuando tiene la oportunidad se queda callado. ¿Qué hace uno cuando algo le molesta en su vida? ¿Cuándo algo lo lastima? Yo creo que una persona con sentido común intentaría sacarse a ese algo de encima. Mi problema es que no quiero sacármelo de encima. Ese algo, por muy lastimoso que sea, es lo que más amo en el mundo. Tengo una herida que sangra constantemente. Sólo hay dos posibilidades, o curarla de alguna manera, de a poquito, con paciencia y voluntad, o no curarla jamás y morir desangrada por el dolor que desgarra el alma.


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