14/03/2012
Parte VI
Burbujas de amor.
¿Te acordás cuando decíamos que el mundo nos resbalaba? Nada nos importaba, eramos nosotros y nadie más, escondidos, encerrados, protegidos dentro de un mundo creado por nosotros, para nosotros. Nos amábamos mucho.
Parte VI
Burbujas de amor.
¿Te acordás cuando decíamos que el mundo nos resbalaba? Nada nos importaba, eramos nosotros y nadie más, escondidos, encerrados, protegidos dentro de un mundo creado por nosotros, para nosotros. Nos amábamos mucho.
Dentro de ese mundo, vos me
regalaste una estrella, ¿te acordás? Se llamaba Angus, y decíamos que ibamos a
vivir ahí cuando nos muramos, e ibamos a seguir siendo tan felices como
siempre. A lo mejor en la muerte podamos estar juntos. Es la estrella más
brillante del cielo. En realidad no es una estrella, es un planeta, Venus, pero
eso no importa. Era nuestra estrella, y nada importaba. Sólo basta verla en las
noches de estrellas para acordarme de vos. Cuando me la regalaste todavía me
amabas con ese amor de los primeros meses, único. Es por eso que me gusta tanto
verla. Siento que es lo único que todavía brilla en lo que alguna vez fuimos.
Nuestra burbuja se pinchó. O
la pinchamos. O nos la pincharon. Todavía no me pongo de acuerdo conmigo misma
de cómo fueron los hechos. Lo cierto es que ya no existe ni va a volver a
existir otra igual. Era única, era nuestra. ¿Qué pasó Agus? Pensé que iba a
durar para siempre.
Cuando te conocí mi intuición
no me falló, sabía que ibas a estar conmigo. No pensé que te fueras a cansar
tan rápido. Ahora ya no tengo intuición, la perdí para siempre. Perdí el poco
olfato que me quedaba, se me pinchó junto a nuestra burbuja. Se me fue al
carajo la intuición femenina. A lo mejor algún día vuelve. Pero es todo tan
improbable que ya no confío en nada.
No sólo se pinchó nuestra
burbuja de amor. Se pincharon mis sueños, mis metas, mis anhelos. Se pinchó mi
vida. Dejé de existir. ¿Sabes con que soñaba? Soñaba en casarme con vos, en
tener hijos tuyos, en vivir con vos para toda la vida, en cuidarte cuando seas
viejito… en viajar por todo el mundo a tu lado, en dormir en la misma cama, en
poder abrazarte y besarte todos los días de mi vida. Soñaba con vos todo el
tiempo, y ahora también lo sigo haciendo, pero no de la misma forma. Antes te
tenía conmigo, entonces soñaba con deseos. Ahora que no te tengo, sueño que te
tengo y al despertar me doy cuenta que no es así, y el sueño se me transforma
en pesadilla. La vida no se me ha hecho fácil sin vos. Extraño mucho todo lo
que eramos. Y aunque sufra y te deje ir, siempre va a haber adentro mío una
pequeña esperanza de recuperarte, de tenerte a mi lado de nuevo y construir la
burbuja de nuestros sueños nuevamente. Si la construimos de nuevo, no la
hagamos de jabón como la última vez, la hagamos fuerte como la casa del tercer
chanchito (de ladrillo).
No sé que va a pasar Agus.
Tampoco quiero saberlo. Quiero hablarte, decirte lo que siento, darte mis
cartas, darte un beso, abrazarte y despedirme. Si en algún momento tenemos que
estar juntos, el destino va a encontrarnos como sea, el amor puede ser más
fuerte que cualquier otra cosa. Yo voy a estar sola, esperando, pero sin esperar
nada realmente.
No quiero olvidarte, sólo
quiero sanar este dolor que siento. Para sanarlo te necesito a mi lado, y al no
poder ser así, prefiero dejarte ir y curarme sola, lamer mis heridas hasta que
cierren. Me encantaría poder estar a tu lado, no sabes lo mucho que te amo.
Ojalá estés bien, seas feliz y encuentres lo que buscás. Pensé que yo podía
darte eso que buscabas, pero me equivoqué. Si algún día querés llamarme, podés
hacerlo, pero prefiero no verte si puedo evitarlo. Espero que me entiendas
algo, un poquitito de cómo me siento. Te amo demasiado. Si algún día decidís
volver, yo estoy dispuesta a cualquier cosa. Pero no me hagas llorar más, Agus.
Mi corazón no puede más.
Siempre voy a ser tuya.
Este amor no puede terminar así. Tarde o temprano va a renacer...
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